Ciclicidad, un regalo

¿Cuántas veces hemos tenido la percepción de que el ciclo menstrual es malo? ¿Cuánto sabemos acerca de él? ¿Nos hemos dejado llevar por ideas erróneas pensando que es algún tipo de castigo o consecuencia negativa de ser mujer? ¿Creemos que el ciclo está relacionado sólo con los días de menstruación?

Lo primero que vamos a analizar es el hecho de que las mujeres somos cíclicas, pues la ciclicidad no se limita a los días de la regla. Así es, tal como lo lees ¡vivimos en un ciclo constante! El ciclo menstrual consta de varias fases sucesivas que influyen constantemente en nuestra vida afectiva, profesional, incluso espiritual.

La falta de conocimiento y educación acerca de este tema hace que no nos conozcamos lo suficiente, distorsionando así la visión que tenemos acerca de la ciclicidad femenina. Cada mes nos quejamos y sufrimos en lugar de aprovechar el don de la feminidad.

Lo primero es conocer

Aprender acerca del ciclo menstrual y sus fases es el primer paso para adentrarnos en nuestra propia naturaleza, pues la ciclicidad es una fuente de conocimiento acerca de nosotras mismas.

Es recomendable llevar un registro del ciclo, el cuál no se limite a los días de sangrado, sino que abarque la totalidad del mismo. Puede costar un poco al principio, pero si día a día te das unos minutos para anotar tus síntomas, emociones y pensamientos, en poco tiempo habrás creado un hábito que te va a ayudar de manera positiva.

La ciclicidad femenina consta de distintas fases que forman un todo. Hablamos principalmente de dos grandes fases que a su vez se subdividen en cuatro. Veamos de qué se trata.

El ciclo y sus fases

El ciclo de la mujer se divide en dos fases principales: fase lútea y fase folicular. Y, a su vez, estas fases se subdividen en cuatro fases menores: menstrual, folicular, ovulatoria y lútea.

Fase folicular
La fase folicular empieza con el primer día de menstruación. Como podrás adivinar, este mismo día inicia la primera sub-fase, es decir, la fase menstrual. A partir de este día el ovario se empieza a preparar para liberar un óvulo, por lo que el nivel de estrógenos comienza a subir. La fase folicular termina en la ovulación, cuando el folículo está listo y se desprende.

Fase menstrual
Es la sub-fase en que comienza el ciclo. Si el óvulo que fue preparado en el ciclo anterior no es fecundado, el endometrio entiende que no necesita anidar un embrión para un embarazo, por lo que se desprende del útero. Esa es la sangre que perdemos cuando tenemos la regla.

Como puedes ver, esta sangre no es mala, no es sucia, ni es señal de enfermedad, simplemente nos está avisando que nuestro cuerpo es sabio, que conoce que no estamos embarazadas y, por lo tanto, puede ser expulsada del útero.

La mentruación o fase menstrual suele durar entre 5 y 7 días, pero todo depende de la mujer. Cada una debe conocer su cuerpo y saber qué es lo normal en ella, puede haber mujeres que experimenten periodos más cortos o más largos.

Fase pre-ovulatoria
Es la segunda sub-fase dentro de la fase folicular. Esta fase inicia una vez que termina la fase menstrual y se ha desprendido todo el tejido que ya no era necesario en el útero. Durante la fase pre-ovulatoria, un nuevo folículo/óvulo empieza a formarse en los ovarios, los niveles de estrógeno siguen aumentando y poco a poco el endometrio comienza a formarse nuevamente.

Fase ovulatoria
La fase ovulatoria ocurre hacia la mitad del ciclo y es el momento en que se desprende el óvulo del ovario para empezar a trasladarse hacia el útero. Justo antes de que esto ocurra, los estrógenos llegan a su pico y todo el cuerpo de la mujer se dispone para el caso de que ese óvulo sea fecundado por un espermatozoide y ocurra un embarazo. Si no llega a darse la fecundación y ese óvulo no se junta con ningún espermatozoide para convertirse en una personita distinta, el óvulo seguirá su camino hasta el útero y será expulsado con el endometrio en la próxima menstruación.

Hay mujeres que pueden reconocer cuándo su cuerpo está ovulando. Algunas experimentan sensibilidad en la zona pélvica o en sus pechos, otras pueden percibir un ligero cólico en uno de sus ovarios y, quienes hacen un seguimiento más prolijo de su ciclo, pueden reconocer su día de ovulación de acuerdo a su temperatura basal, su estado emocional, incluso su aspecto físico.

Fase lútea
La fase lútea corresponde a la segunda mitad del ciclo, cuando, una vez desprendido el folículo del ovario, los niveles de estrógeno comienzan a disminuir. Esta fase va desde el final de la ovulación hasta la siguiente menstruación.

Los estrógenos van bajando y la progesterona comienza a subir, el ciclo concluye con la llegada de la siguiente mentruación.

Esta fase también se conoce como Fase pre-menstrual, es la más larga de todas y trae consigo cambios físicos necesarios para preparar el próximo ciclo: el nivel de energía comienza a bajar, la sensibilidad aumenta y a medida que se acerca el próximo ciclo, se pueden experimentar síntomas propios del síndrome pre-menstrual (dolor de cabeza, acné, hinchazón, etc.)

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